sábado, 28 de marzo de 2015

¡Desempolvando Battletech!


Los astros se alinearon, se realizaron los pertinentes sacrificios y se rompieron los sagrados sellos. Los dioses lúdicos nos fueron propicios y permitieron que nos reuniésemos a jugar, que últimamente no nos prodigamos demasiado.
Cinco voluntariosos jugadores se prestaron a estrenar mi flamante caja de Battletech y desoxidar unas reglas largamente olvidadas. Al menos veinte años desde mi última partida.

Para no complicarnos escogimos el primer escenario. Dos lanzas de mech en un entorno artificial, bajo la atenta mirada de los examinadores que seleccionarían a un solo cadete para convertirse en mechwarrior.

Creo que esta promoción se quedará sin nuevos pilotos.

Los mech avanzan buscando toda la cobertura posible.
Incluso el Zeus y el Atlas, que no quieren hacerle rozaduras a la pintura nueva.

La cosa acabó en empate, con un Spider con las entrañas a la vista y un Assassin manco y semi cojo, mientras los demás les jaleaban y ayudaban con algunos disparos láser traperos para inclinar la balanza.
Mientras el Zeus y el Atlas se enzarzaban en una titánica disputa personal a cañonazo limpio, que acabó con la destrucción de sus graffitis decorativos recién terminados.

El juego causó disparidad de opiniones. A la mitad no les convenció, no en vano es un juego con más de veinte años y la lentitud y grado de detalle de las reglas (más que complejidad en sí) obliga a llevar un registro detallado del desgaste del mech: acciones realizadas, munición gastada, puntos de blindaje perdidos, sobrecalentamiento... Hoy en día la tendencia es otra y los juegos se prestan a mecánicas más interactivas e intuitivas. Las cuatro horas que puede durar perfectamente una partida pueden cobrarse su precio en neuronas, doy fe.

A la otra mitad fue precisamente el grado de detalle lo que les atrajo. Como digo no es un reglamento complejo, básicamente se realiza un chequeo de pilotaje o disparo al que se le suman distintos modificadores en función de la distancia, la acción realizada por el mech propio y enemigo y la cobertura del objetivo, y que hay que superar en 2D6.
Es un sistema que ofrece muchas posibilidades (escenarios históricos, campañas, escenarios inmersos en partidas de rol...) y que se presta a partidas pausadas y sin prisa. Controlando un solo mech de los cientos -literalmente- que hay disponibles, a lo sumo dos. El trasfondo es de los más ricos y desarrollados que existen, y de los más sobrios y coherentes que se pueden encontrar.

En resumen, un juego con regusto a vieja escuela que personalmente me agrada mucho y me decidió a hacerme con él. No ha envejecido bien en todos sus aspectos; algunos diseños de mech tienen su encanto retro, pero otros agradecerían un remozado, y su duración media no se presta a partidas casuales (o sí).

Pero si sois valientes y os remangáis para haceros con el reglamento... 
 Que un impacto de tu CPP volatilice el blindaje (y algún ocasional miembro de tu rival). Saltar con tu mech medio desguazado sobre un enemigo más pesado y ver cómo falla el chequeo de pilotaje. Acertar con tu CA 20 y contemplar la cara de tu contrincante mientras ve cómo se extienden los daños internos y aumenta la posibilidad de daños críticos. Lanzar todo tu arsenal con tu piloto herido en un sacrificio final, sin importarte que el sobrecalentamiento te inmole a ti y a tu preciado mech...

...Ah, amigos ¡eso no tiene precio!



Morguez, recio mechwarrior a bordo de su Gaznípero I

4 comentarios:

  1. ES un juego de otra época, y como dices, o te repugna o te encanta. A mi me encanta. Pero es un juego para coger con paciencia.

    Mi parte preferida... pasar de los manuales técnicos y diseñar tu mech tal como te indica el reglamento. Coges el peso, coges la capacidad de movimiento, cargas la parte de estructura interna, reactor y giróscopo... y lo que quede, chapa, radiadores y armas. Y hala. a darse toñas. Y probarlo en misiones, porque un bicho con buena pegada no tiene por qué ser mejor que uno más ligero. Saludos.

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    1. Yo he llegao a esa misma conclusión, Battletech levanta esa pasión y creo que en eso tiene mucho que ver el factor nostalgia. No es un mal juego, en absoluto, pero es ese tipo de reglamento al que se le notan los años. Hoy día los juegos suelen ser más interactivos, con turnos de reacción y una "micro gestión" intuitiva ¡Pero es que gran parte de la gracia está en llevar esa contabilidad del mech!: controlar el blindaje que se va perdiendo y evitar encararlo al enemigo por la parte dañada, etc.

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  2. Yo tambien disfrutaba como un enano diseñando mechs y llebandolos al combate, pero con el tiempo me he dado cuenta de que eso jode un poco parte del juego: en los mech prediseñados la gestion del calor es una parte importante del juego (me aseguro el impacto a costa de recalentar la maquina?) pero las maquinas diseñadas por uno mismo eran mas logicas (no mezclabas armas de diferentes alcances, ni metias armas chorras como lanzallamas...) y las equipabas para que no tubieran esos problemas de calor (salvo que te dieran un toque al reactor) y parte de esa gestion se perdia.

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    1. Perdona por la tardanza en responderte!
      Coincido por completo contigo. Ayer mismo jugamos una nueva partida (algunos de los jugadores eran auténticos "espaldas plateadas" del juego) y llegaban a la misma conclusión que tú. Puede que los mech diseñados sean más lógicos, pero pierden buena parte de la gracia: ¿me aseguro de rematar a ese mech rival, aún a sabiendas de que si fallo el turno siguiente voy a empezar a hacer chequeos de desconexión?
      Además me gusta ese ambiente conservador, donde muchos modelos que inicialmente parecen tener poca lógica tienen a menudo una explicación en el trasfondo.

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