(Rangers of Shadow Deep) Daeron Arcolargo

Hay pocos guías tan conocedores de la región de Carmania y Sartak como el semielfo Daeron Arcolargo. Ha accedido a las galerías malditas que yacen bajo el Tyr Tarion y sólo él conoce la entrada al desaparecido reino de las cavernas. En sus idas y venidas ha contado con la hospitalidad del Señor del Río y ha sido huésped de los elfos silvanos.

También se ha ganado poderosos enemigos: descabezó el maligno culto a Karsh; colaboró con los rebeldes sartakos que resisten la ocupación aquitana. Emboscó y aniquiló una partida de esclavistas de Kaz Modan. Ha combatido a los misteriosos hombres de negro y ha conocido los húmedos calabozos de Peloria.

Con las inquietantes noticias de incursiones que llegan desde el norte el rey de Dun Cradoc ha enviado exploradores para recabar información. Y un de ellos es Daeron Arcolargo.

Para la campaña de RoSD necesitaba un ranger. En tiempos tenía un personaje de mis antiguas partidas de rol, un semielfo reclusivo y montaraz, que me pareció adecuado para usarlo como protagonista. Añadir al resto de personajes de aquellas viejas partidas como compañeros del ranger me pareció bastante lógico... de ahí a ambientar los escenarios de RoSD en el viejo mundo de juego del que guardo tan buenos recuerdos había un único paso.

El Daeron original en una ilustración ya añeja

Convertir un personaje de rol de tus partidas en una miniatura resultó más complicado de lo que pensaba en un principio. Hay que encontrar el equilibrio entre la imagen que se tiene del personaje, las piezas de plástico que tienes disponibles para representarlo y tu propia habilidad para que de alguna manera represente el concepto del personaje. 

Como punto de partida utilicé el cuerpo de un guerrero de Oathmark que llevaba una armadura de cuero tachonado. La postura de los brazos de los arqueros de esta caja no me convencía así que utilicé los de Frostgrave, que además tenían arcos más grandes. La postura que sugería, al acecho mientras parece explorar, me pareció adecuada.

El principal problema fue encontrar una cabeza adecuada... no tenía ninguna de elfos, así que tuve que llegar a una solución de compromiso utilizando la de un caballero bretoniano al que le alargué la melena con algo de masilla. Las facciones eran demasiado duras para lo que me hubiera gustado, pero no podía hacer mucho más.

La parte más complicada era la gruesa capa, que tuve que hacer de cero con masilla. Es el trabajo más extenso que he hecho hasta ahora con masilla, y aunque soy consciente de las limitaciones, estoy satisfecho con ella. También aproveché la masilla sobrante para convertir los mocasines en unas botas altas, más adecuadas para un montaraz.

A la hora de pintarlo decidí rehuir un poco de los clásicos tonos verdes y pardos y acabé optando por una túnica clara. Para la capa utilicé un esquema de cuadros, ya que Carmania es una región con una cultura similar a la celta. El color azulado de la capa no me termina de convencer ¡pero no pienso volver a pintar todos esos cuadros de nuevo!