Os voy a decir un secreto a voces, cuando me dan una buena ambientación, unas miniaturas resultonas, una sensación de que cada partida tiene un nexo común, me desboco y empiezo a soñar. Y no creo ser, precisamente, el único. Es, por suerte, algo común en la afición (sobre todo en la galaxia de las miniaturas, dentro del universo de los juegos de mesa, a mano derecha de tu madre histérica con estas tonterias). Es, también, un defecto que acarreamos los antiguos o actuales -algunos compaginan, olé por ellos- jugadores de rol.
¿Qué me estás contando? |
En mi blog Montando la Historia -muerto... más que un zombi, desde luego- y la extinta Ludo Magazine, hablé de todo lo que puede girar en torno a un ficha de cartón de un wargame, del metajuego de un tablero. En el mundo de las miniaturas, todo es más fácil, y las historias surgen con naturalidad y se entrelazan, creando maravillosas anécdotas -imaginarias, sí, pero eso no lo sabrán tus nietos hasta que cumplan los 7 u 8 años- que permanecen en el recuerdo.
Con All Things Zombie veremos como ese narrar a partir de simples tiradas de dados y medir con la regla, se convierte en toda una aventura. Y yo, particularmente, estoy deseando de que llegue ese agridulce momento del Apocalipsis Zombi -malo, muy malo... pero con un atractivo sospechoso: ¿parece que el que la sociedad actual se venga abajo y revierta a un estado primigenio de supervivencia nos llama poderosamente la atención? ¿ambicionamos ese paraíso perdido miltoniano?-.
El futuro pertenece a los zombis. |
Otro juego que se presta mucho a ello, y que también está en auge en nuestro grupo -culpable, sobre todo, Lord Borjado- es Infinity. Con el trasfondo lleno de detalles que ya Lord Borjado nos desentrañó con pinceladas en un post anterior, muchos hemos empezado a darle a la cabeza y ponerle nombre y apellidos a esos aguerridos trozos de metal que cruzan el campo de batalla para salvarse mútuamente el culo.
Poco a poco, Lord Borjado ha ido subiendo el trasfondo de mi ejército Panoceánico que ahora procedo a subir por entero, con sus estadísticas y demás, y con la esperanza de animar a alguien a dotar a sus muñequitos de alma, y llenar de sueños e historias el tiempo que pase entre partida y partida -que a veces es demasiado...-. Está en pdf, y en un servidor que no es megaupload... -a ver lo que dura antes de que Hoover-zombi lo vea-:
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